¡SI TODOS FUÉRAMOS UNIVERSITARIOS! CONSEJOS PARA LOS CANDIDATOS DE LA OPOSICIÓN. (1ª entrega)
El Lenguaje.
Unas preguntas obvias y respuestas que muchos de nuestros políticos no entienden: ¿Quién escucha a los políticos con atención?, pocos. ¿La gente que decide escuchar al político quiere entenderle?, siempre. ¿Quién no le entiende, cambia de canal, de estación o apaga la mente?, siempre. El político que se sube a su patín, a su verborrea personalísima, por lo general no lograr comunicarse. ¿Por qué? Porque no le interesa cambiar su lenguaje, sus modismos, su giros lingüísticos. Para intentar el cambio se requiere estudio, coraje y determinación, ya que se debe superar inseguridad e incomodidad.
El resultado de usar lenguaje inentendible para la mayoría, es que los posibles electores se vean agredidos, por quien les aplasta el pie en la cara y los hace sentir ignorantes, incapaces, nacos y despreciables. En esta Hormiga y algunas mas de esta serie, voy a tomar un ejemplo, en virtud de haber votado por él, igual que muchos universitarios que entendemos “su idioma” particular, como es el caso de Enrique Krause, Hector Aguilar Camín, et. al.
En un video de Ricardo Anaya que circula en las redes, él explica la importancia de acceder a las nuevas tecnologías y lograr con ello un futuro brillante para el país. Nadie en su sano juicio puede criticar su postura. Apoya su argumentación con el texto de su nuevo libro; sin embargo, existe un problema fundamental. ¿Quién le comprende? Además, ¿quién va a leer el libro? Tan sólo los que le entienden y es que las buenas ideas deben comunicarse de manera comprensible para la gran maza de votantes, de lo contrario, de poco sirven.
Ricardo Anaya empieza su alocución crítica al señalar que AMLO “es un nostálgico de lo antiguo”. En ese instante pierde la mayoría de los que decidieron oírlo. Gente que a la distancia de un dedo cambia de canal, chat, mensaje, etc.
A la muchacha que nos ayuda en casa le pregunté, igual que lo hice con otros trabajadores, ¿que entendían por “nostálgico de lo antiguo”? Todos me contestaron que significaba “tristeza por lo antiguo”, porque AMLO lo que desea son soluciones del futuro, que es precisamente lo contrario que Anaya intenta comunicar. En el video se refiere a “centrales eólicas”, “infraestructura adecuada”, “aerogeneradores”, “uso de combustóleo, uno de los subproductos mas contaminantes del petróleo”, etc. Anaya tiene razón, pero no sabe comunicárselo al obrero, campesino, cargador, etc., gente que detenta la capacidad de un voto, igual que lo tiene el Director General de empresas dedicadas al aprovechamiento de energía fotovoltaica o la generación de la eólica.
El ex Presidente Lula de Brasil decía: “Si no puedo explicar de una manera fácil conceptos complejos, para que la muchacha de la casa los entienda, es que yo tampoco los he entendido.”
¿De cuantas palabras se compone el vocabulario de AMLO? Si tomamos en cuenta la opinión de expertos lingüísticos, respecto al común denominador de gente con una cultura media, seguramente no excede 1,500 “palabras activas” y quizás 1,000 “palabras pasivas”, ya que debe distinguirse entre aquellas que utiliza y las que conoce pero no emplea. Algo parecido es el caso del ex Presidente Fox. Ambos exitosos en el difícil arte de lograr votos a su favor.
Lo anterior nos lleva a dos conclusiones que deben insertarse en la mente de quienes participan en la contienda política: 1ª. Si todos fuéramos universitarios, Anaya sería Presidente de México; y 2ª. Los políticos ganadores son los que no usan palabras aristocráticas, técnicas, rimbombantes. Como diría el pueblo “palabras domingueras”.
Un último comentario: ¿Podría Ricardo Anaya cambiar su lenguaje, su estilo, sus maneras clasemedieras, etc.? Para el 2024 hay mucho tiempo y en general, memoria corta del electorado.
Con esto cerramos esta primera entrega, de lo que anhela ser una llamada de atención para los candidatos de la oposición, cuya campaña se anticipa cuesta arriba, dados los apoyos legales e ilegales que el partido en el poder le está brindando a sus candidatos. Faltan otros temas a trataré en próximas entregas. Ojalá los candidatos sepan apreciar lo que aquí ha quedado escrito, resultado de muchos años como observador político; de lo contrario, no llegarán a “meter el gol” que tanto anhelan.