….Y YO ¿QUÉ PUEDO HACER?
Ésta pregunta la repetimos muchos insatisfechos, muchos decepcionados, muchos angustiados del camino que está tomando México, en manos del actual régimen y la 4T. Y además, seguimos con quejas dolorosas: ¡la oposición no hace nada! ¡la oposición está escondida!
Considero que quien tal actitud toma y ya somos millones, partimos de un supuesto propio de Pilatos, ya que consideramos “oposición” tan sólo a los partidos políticos, sin darnos cuenta de que cada uno de los descontentos somos la oposición. En este caso nos equivocamos si pensamos que podemos lavarnos las manos y ver los toros desde la barrera. ¡NO! Aunque no nos guste, estamos en la arena y si no hacemos algo, nos va a cornear el toro o por lo menos atropellar un caballo.
De inicio y a menos de dos años de las elecciones presidenciales de julio de 2024, dejemos de culpar a la oposición y aceptemos que si tan sólo podemos platicar nuestras ideas y anhelos de cambio con un solo pariente, amigo o vecino, es trascendental que lo hagamos. Debemos tomarnos el tiempo para conocer las noticias, meditar nuestros argumentos y reunirnos a razonar la necesidad del cambio. Si los millones de insatisfechos con la 4T lo hacemos, el efecto multiplicador sería tan relevante, que causaríamos el cambio.
Convendría reconocer que los partidos políticos que representan a la oposición, carecen de fondos para financiar el costo de mañaneras pro Morena, con el propósito adicional de distraer a la población, al grado de que recientemente el Presidente usó tiempos costosísimos para hablar de los vapeadores.
Por otro lado también debe reconocerse que los partidos políticos de la oposición, NO se han dormido en sus laureles. Lograron ganar dos batallas fundamentales: (i) evitar, en la pasadas elecciones de medio término, que Morena alcanzara las dos terceras partes de la votación en el Poder Legislativo, lo que les ha impedido enmendar la Constitución a su gusto y quizás hasta substituirla por otra a modo; y (ii) detener la reforma constitucional en materia eléctrica, lo que hubiera acarreado desinversión y mala imagen para el país, aunque, como dice AMLO, deberíamos “conformarnos con un par de zapatos”, lo que por cierto no es aplicable a su familia.
A pesar de sus triunfos, que debe advertirse que no han sido modestos, la oposición apenas se está conformando para las elecciones torales de 2024. La idea es que en México tengamos un gobierno consensual.
¿Qué significa tener un gobierno consensual? Primero, que los partidos políticos que integren la oposición, convengan en un único candidato a la Presidencia de la República, segundo, que convengan y respeten su convenio de qué secretarías (o carteras) quedarían designadas y administradas por cada partido que integra la oposición y tercero que gobiernen en constante negociación, cada partido representando el programa y deseos de sus representados.
De esta manera, por ejemplo, se convendría en que el titular de la Secretaría de Gobernación sería designado por cierto partido y el de la Secretaría de la Defensa por otro. En este sentido, se respetarían plenamente las facultades de cada secretaría, como lo dispone la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la que me ha sorprendido su diario incumplimiento, que no parece molestarle a persona alguna y que por supuesto, NO faculta a la Secretaría de la Defensa a administrar aduanas, ni a construir aeropuertos, por solo mencionar lo mas obvio. Lo sucedido en este régimen a este respecto (facultades extra legales a la Secretarías de la Defensa y Marina, por ejemplo), lo he visto como el sello, la huella y la etiqueta de la macro-presidencia mexicana continuada de sexenio en sexenio, la que se sustenta en la aceptación generalizada de la palabra del tlatoani mayor, sin que moleste a nadie, ya que El Señor dispone y habrá que añadir, loado sea El Señor.
Y yo ¿qué puedo hacer? No tirar la toalla por no ser senador o diputado, ni participar en algún partido político. Si somos la oposición, organicemos debates públicos con invitados miembros de Morena, hagamos grupos de análisis y discusión, enseñemos la importancia del INE y de las elecciones por venir. Seamos creativos para organizar festejos y formas mil de reunir a la ciudadanía.
Propongo que se reparta entre amigos y volantee para distribución en las calles, la lista de las afectaciones al ciudadano en Cuba y Venezuela (ver mi Hormiga del jueves pasado), para lo cual en este documento cedo a toda persona los derechos de autor que me pudieran corresponder; y se discuta por grupos de voluntarios que visiten casa tras casa, de lo contrario perderemos la forma de vida que hemos heredado de nuestros padres y abuelos.