¿DE QUIEN ES LA CULPA? ¡QUEREMOS SABERLO! AQUÍ LA RESPUESTA

Imagen:  Latinus

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Dice AMLO que no se debe “sacar raja política” de la tragedia del Metro. ¿Vaya postura protectora de él y los suyos? Evade el toro como siempre, criticando a sus opositores. En vez de apoyar a las víctimas, cubre las fallas, abusos y corruptelas de sus allegados y de su partido, con una postura egoísta, indiferente al dolor humano y absurda. ¡No señor! Ustedes, sus gentes, quienes han gobernado esta Ciudad de México durante los últimos 21 años son los responsables y deben pagar no sólo los costos políticos, sino los costos relativos a los daños civiles y de carácter penal que resulten.

Declaró al diario español El País, Fernando Zambrano, experto estructuralista: “No se cayó con un terremoto ni un desastre natural, sino en plena operación”, y añadió que muchas obras del gobierno mexicano de los últimos años “están mal hechas”.

La Línea 12, conocida como la Línea Dorada, fue inaugurada en octubre de 2012 a las carreras por Marcelo Ebrard (actual Canciller en el gabinete de AMLO), que dada la próxima terminación de su cargo, no quiso desaprovechar la oportunidad de publicitar su “enorme” logro. Cuando en marzo de 2014 se tuvieron que cerrar 13 kilómetros de vía durante mas de 18 meses (y Ebrard se retiró a vivir en París), las palabras expresadas en 2017 por el entonces director del metro, Jorge Gaviño, retumbaron en los cerros que rodean a la CDMX: “La línea nació con problemas endémicos que no se van a solucionar nunca en la vida”.

¿De quien es la culpa?

1era contestación: si los expertos noruegos y otros dictaminan que el problema fue estructural, el culpable es Ebrard, su sucesor Miguel Ángel Mancera y su entonces Director de Finanzas Mario Delgado, actual Presidente de MORENA, que adjudicó la obra de manera directa sin licitación. Si por el contrario encuentran que el problema fue de mantenimiento, la culpable es la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.

2ª contestación: la culpa es de los cuatro mencionados, Ebrard/Mancera/Delgado/ Sheinbaum, porque a pesar de que se encuentren daños estructurales relevantes, la desatención al mantenimiento ha sido criminal, al grado de que el cargo de Subdirector General de Mantenimiento del Metro estuvo vacante por un año, hasta el 29 de abril pasado, es decir cinco días antes del colapso de los trenes. Durante ese año, se dejaron de ejercer 1,362.2 mdp, como se reporta en la Cuenta Pública 2020 de la CDMX, que bien pudieron gastarse para evitar esta tragedia y mas por venir.

3ª. contestación: la culpa la tiene la 4T y la política de austeridad que a toda costa AMLO quiere imponer, para engrosar el costal que arrebata los dineros a las dependencias públicas, entidades educativas y culturales y a los organismos autónomos, para entregarlo a los ninis y a los servidores de la nación, que a los largo del territorio nacional reparten dinero y alacenas, a quienes intentan comprometer a votar por MORENA el próximo 6 de junio.

Hoy, la seguridad de millones de capitalinos obligados a usar el metro a diario, es causa y motivo suficiente para que las cuatro personas mayormente involucradas Ebrard/Mancera/Delgado/Sheinbaum, renuncien y sean juzgados; en cambio, lo que se observa es su deseo de tomar distancia de la tragedia, interesados en competir en la próximas elecciones presidenciales, como quien participa en el jueguito de la sillas musicales.

Quedan en el aire varias preguntas que nos hieren como nacionales de este nuestro país: ¿Somos los mexicanos incapaces de construir un paso elevado para el metro urbano sin que se colapse? ¿Nuestra incompetencia se debe a la ignorancia de nuestros técnicos, obreros e ingenieros?¿Cómo esconder nuestra cara de vergüenza ante el mundo entero? ¿O es qué le vamos a volver a echar la culpa a la corrupción, que es la eterna razón de nuestras miserias y nos provoca de nuevo el deseo de “tierra trágame”?

Ingenieros habemus. De eso no tengo duda. Pruebas sobran. Lo que nos falta es honestidad y profesionalismo en el gobierno. AMLO marcó la pauta al señalar que lo que él busca es 90% de lealtad y 10% de capacidad. Si tal es el patrón, nadie debe sorprenderse de la desgracia del 3 de mayo, que bien pudo evitarse al escuchar a quienes advertían fallas y riesgos.

Gastar el dinero de la recaudación fiscal es un acto de absoluta responsabilidad que demanda capacidad, inteligencia y honestidad. Cuando engrosa las bolsas de corruptos se comete uno de los peores crímenes contra la sociedad. Se trata de fraude, abuso de confianza, robo y traición. Debemos castigar tales actos y si no tenemos otra vía, las urnas deben ser cauce a nuestro enojo y frustraciones.

Cabe añadir que las redes sociales reportan el actual abandono de las víctimas por el gobierno de la ciudad, sin saber cómo van a pagar el costo de hospitalización, funeral, panteón o si hay un seguro que los apoye. Han pasado casi 3 días de la tragedia y la jefa de gobierno sigue en su trono. Ni siquiera ha visitado a las víctimas.