DESAFUERO DE XÓCHITL. ¿SE ATREVERÁ AMLO?
La Hormiga está contenta. El FRENTE AMPLIO POR MÉXICO ha proclamado a la senadora Xóchitl Gálvez, como su candidata a la presidencia. Es nuestra mejor opción. Los ciudadanos la hemos apoyado. En su calidad de ciudadana mexicana, La Hormiga lleva meses de apoyarla. Cree en ella. Es una persona honesta, de historial convincente, que ha contestado con inteligencia, sonrisas y garbo, los ventajosos ataques de López Obrador en sus mañaneras, en las que abusa del micrófono de la nación, pagado con nuestros impuestos, en vez de destinarlos al desabasto de medicinas y tantas otras áreas de primerísima urgencia, actualmente abandonadas.
Nuestro Presidente es inculto, inepto, petulante, chistoso-patético, dinosaúrico y peligroso. Pero conoce de política mexicana y las argucias y malas artes que conlleva. Sabe que Xóchitl no continuará su unipersonal 4T. Esto no le permite descansar. Seguramente, piensa y piensa, inclusive bajo los efectos de pastillas para dormir, como habrá de detenerla. Una vía es el desafuero, procedimiento largo, tedioso y de duración indeterminada, que él sufrió en la época de la presidencia de Fox, durante 11 interminables meses en 2004/2005, del cual salió triunfante y fortalecido. El procedimiento para el desafuero de Xóchitl, se ha iniciado, pues varios de sus incondicionales ya han presentado denuncias ante la Fiscalía General de la República y la Cámara de Diputados. Éstas son buenas noticias para Xóchitl, quien, dadas las circunstancias actuales, bien puede salir del procedimiento, fortalecida como AMLO.
El Art. 111 constitucional estipula: “Para proceder penalmente contra los diputados y senadores al Congreso de la Unión, …, por la comisión de delitos durante el tiempo de su encargo, la Cámara de Diputados declarará por mayoría absoluta de sus miembros presentes en sesión, si ha o no lugar a proceder contra el inculpado.”
El Ar. 38 constitucional establece: “Los derechos o prerrogativas de los ciudadanos se suspenden: …. II. Por estar sujeto a un proceso criminal por delito que merezca pena corporal, a contar desde la fecha del auto de formal prisión….”
Los preceptos aludidos indican que cuando la Cámara de Diputados considere por mayoría “proceder contra el inculpado”, quien detente derechos de víctima u ofendido, podrá hacer la acusación ante la Fiscalía General de la República, quien procederá a hacer la investigación y en su caso presentar la denuncia penal ante la autoridad judicial correspondiente, en el entendido de que a partir de ese momento, el inculpado no podrá votar o ser votado, por tener “suspendidos” sus derecho o prerrogativa ciudadanos.
Cabe agregar, en relación con la denuncia ante juez, que la Suprema Corte de Justicia tiene en todo momento, la facultad de atraer el caso y decidirlo “cuando el asunto revista un interés excepcional en materia constitucional o de derechos humanos” (Art. 107, IX, constitucional). No será la primera vez que nuestro máximo tribunal, considere la posibilidad de decidir en contra de los deseos del Ejecutivo Federal.
En el caso de AMLO, el juez devolvió el expediente a la entonces PGR al considerar que la acusación estaba mal formulada y la propia PGR, posteriormente, manifestó que la naturaleza del delito imputado era “ambigua”, pero la popularidad de AMLO subió como la espuma. Políticos, abogados, intelectuales y el propio acusado, calificaron la actuación de Fox de claras intenciones políticas, con el propósito de eliminarlo como partícipe en el proceso electoral de 2006. La percepción social e internacional contra el desafuero, la Marcha del Silencio en la CDMX, la directiva de AMLO de iniciar actos de desobediencia civil y huelgas de hambre en diversas partes del país, el acusar a diario al gobierno de intentar detenerlo por simplemente ejercer el “noble oficio de la política” y el riesgo de menoscabo de la democracia, al inhabilitarlo políticamente, le proporcionaron los frutos que después cosechó. Ante el apoyo ciudadano, Carlos Monsiváis aseguró: “No es nada más dirigirse a las autoridades federales que han fracasado; es que la sociedad se dirige a sí misma para comprobar que tiene vitalidad, que tiene fuerza, que tiene energía y que tiene una capacidad civilizadora enorme.”
Imaginemos a la Cámara de Diputados desaforando a Xóchitl. Imaginemos que es apresada por agentes federales, constituidos en policía política. Imaginemos su permanencia de varios días y noches en la cárcel, escuchando a las hordas ciudadanas afuera, repetir eso que se ha convertido en un grito de guerra: “¡Xóchitl! ¡Xóchitl! ¡Xóchitl! Imaginemos colectas ciudadanas para pagar su fianza. Imaginemos La Gran Marcha en Apoyo a Xóchitl en el zócalo de la CDMX y en cientos de ciudades en el país y en el extranjero. Imaginemos a los miles y miles de mujeres ofendidas, saliendo a las calles a demostrar su defensa a una mujer abusada por un hombre poderoso. Imaginemos a las mujeres dispuestas a enseñar y demostrar con hechos el valor y la fuerza de la mujer mexicana.
¿Se atreverá AMLO a sujetar a Xóchitl a un procedimiento de desafuero? Hacemos votos para que no elija seguir los inaceptables y nefastos caminos de la violencia o el fraude electoral.