ESTRATEGIA Y TÁCTICAS DE CAMPAÑA 2024.
Es indispensable pensarla y pensarla bien. Determinar con anticipación la estrategia única e incambiable, a seguirse para lograr el objetivo: el triunfo; y las diferentes acciones tácticas, posibles de ajustarse, en función de las circunstancias cambiantes, encaminadas para lograrlo. Triunfará el partido político que implemente la estrategia superior. El que sepa cuidar costo y ponderar correctamente la oportunidad, a sabiendas de que estrategia y tácticas deben funcionar juntas para lograr la mayor eficiencia.
Éstos días de octubre y parte de noviembre de 2023, deben dedicarse a fijar la estrategia a seguirse, así como las primeras acciones tácticas.
En estas reflexiones tomaré como base el hecho de que la oposición se enfrenta al más poderoso y difícil de los opositores: EL ESTADO. Éste utilizará todos los recursos legales e ilegales a su alcance contra la oposición, incluyendo el presupuesto público, fondeado con los impuestos de los ciudadanos. Es triste decirlo, pero existen pocas dudas de esto. De ahí la necesidad de mantener la autonomía de los poderes judiciales federales y estatales para sancionar con la fuerza de la ley, a quienes atenten contra la limpieza necesaria en las elecciones. Una vez que la oposición gane, deberá procederse contra ellos.
Lo primero es conocer al adversario. Evitar desestimarlo. Saber sus fuerzas y debilidades. Conocer a la cabeza de MORENA, quien lleva décadas en campañas electorales, conocedor a fondo de argucias, trucos, enredos, emboscadas y artimañas mil, a ser empleadas en el 2024: Andrés Manuel López Obrador. Me referiré sólo a aspectos torales relacionados con lo electoral:
1. AMLO trabaja intensamente 8 o más horas al día, incluyendo sábados y domingos. Hay quien afirma que no. Están equivocados. Él trabaja la elección en puerta, en muchas ocasiones con anticipación de años;
2. Conoce y se relaciona con la gente de menores ingresos, los ignorantes y con los de mayores ingresos, los muy ricos. Éstos últimos, temerosos de no obtener los permisos (sanitarios, de obra, de comunicaciones, etc.), concesiones y ratificaciones, de las cuales disfrutan desde hace décadas, aceptan TODO para no detener la operación de sus negocios. Ahí está el caso de la pecunia en masa entregada por ellos como precio de los boletos de la rifa de un avión que no se hizo, ni se regresó el dinero. No se ha escuchado queja alguna del gremio de los acaudalados. Son gente que no desea hacer olas;
3. No conoce ni se relaciona con la clase media, la que, según varias estimaciones, ocupa el por ciento mayoritario de los electores. Éstos no le perdonan haberlos llamado “aspiracionistas”. Que se burle de los “clasemedieros” a quienes continuamente tilda de conservadores equivocados, corruptos y cortos de miras contrarios a la 4T;
4. Sabe que, por lo general, a la ciudadanía no le interesa votar, por lo cual entrega dádivas a los necesitados e incultos, a cambio de su voto;
5. Sabe que en la clase media medran pesimistas, fiesteros y valemadristas, a quienes se les alegra el corazón a favor de MORENA, con pan, circo y espectáculos gratis de cantantes populares; y
6. Ha dispuesto y todo indica que continúa haciéndolo, de granjas de bots. Se trata de grupos organizados, los cuales usan tabletas, dispositivos móviles y conectados, para simular en redes sociales miles de usuarios, con el propósito de apoyar campañas o desprestigiar candidatos a elección.
Lo segundo es anticipar los actos del adversario. López Obrador ha ganado y perdido elecciones. Su actuación ha dejado rastros. Éstos, deben estudiarse a fondo. Un ejemplo de ello es la campaña desmoralizadora de la clase media: “ni te presentes, ¡todo está decidido de antemano! ¡Apoya a los ganones! ¡Apoya a MORENA o prefieres estar con los perdedores!”
La campaña desmoralizadora ya se ha iniciado en los hechos, en los medios y mediante el uso de granjas de bots. Se enseñan actos multitudinarios en apoyo a Claudia Sheinbaum, en tanto Xóchitl, ha tenido poca presencia pública durante éstas últimas semanas. Se asegura estar “desinflándose”. Ella, por el contrario, ha afirmado encontrase en fase de integrar equipo de campaña y ponderar estrategias. Al respecto, el INE ha intervenido para prohibir actos públicos, cuando aún no se han iniciado las pre campañas. Ha indicado que las candidatas deben limitarse a reuniones intramuros con militantes partidistas. No ha establecido sanciones a los incumplidos.
Otro acto desmoralizador, que también se ha anticipado, es la división de la oposición con motivo de la determinación, aparentemente hasta diciembre de este año, de un posible candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, el partido “propiedad” de Dante Delgado, político de largo e histórico colmillo y calzado de siete suelas enroscadas, quien se ha negado a apoyar al FRENTE AMPLIO POR MÉXICO. Quesque no va con el PRI “ni a la esquina”, lo que sorprende, tratándose de un ex priista, postulado y electo gobernador de Veracruz, precisamente por el PRI.
También se intenta desmoralizar con la publicación de “encuestas serias” a favor de Claudia Sheinbaum, en el intento de crear la imagen de una candidata invencible antes de la batalla.
La campaña por Xóchitl está obligada a ser ágil, creativa, con tácticas audaces y novedosas, cuyo fin sea desconcertar a sus adversarios. Debe lograr el necesario cambio de mentalidad de sus líderes para hacerse con el triunfo. Evitar viejas recetas. Es claro que las elecciones del próximo año se pueden definir como “Xóchitl vs. El Estado”. Un Estado que quiere implementar narrativa de ser invencible. La oposición tiene fuerza. No hay duda. Ojalá sus líderes la sepan conducir y aprovechar.