LA CLASE MEDIA: ¡LA MAREA ROSA!

¿Perteneces a algún partido político? Yo tampoco. Nuestra razón es y ha sido el no confiar en ellos ni en sus dirigentes. Los concebimos como ollas de grillos en busca de poder y dinero. Instituciones que han modificado leyes para su beneficio y han establecido una partidocracia que ha traído grandes males al país. Instituciones que año con año se reparten millones de pesos, provenientes de nuestros impuestos, con base en leyes que ellos han iniciado y aprobado. Son muchísimos los casos de quienes han “establecido” partidos políticos con el propósito de lucrar y lo han logrado a manos llenas, por millones y millones de pesos. Ahí está “El Niño Verde” como ejemplo, hijo de un padre que “estableció” el partido verde, hizo mucho dinero y se lo heredó al hijo, junto con una buena educación de saber cómo, cuándo y dónde beneficiarse de la corrupción.

¿Qué prefieres, trabajar para ganar un ingreso honesto y moderado para tu familia, con base en tu educación, talento y esfuerzo o vivir como marqués pegado a la ubre de “tú” partido político, con la esperanza de que te lleve a ocupar otra ubre-puesto-público? Si tu elección es no pertenecer a un partido político, eres clase media y en consecuencia parte del grupo de ciudadanos que somos mayoría, superior al número de militantes de cualquier partido político. Somos, fundamentalmente la clase media mexicana con derecho a voto.

No todos los militantes y líderes de los partidos políticos son grillos corruptos, sería tanto como afirmar que todos los gansos son blancos, cuando en realidad existen algunos de no lo son, pero la mayoría están ahí, porque tienen su precio. No es correcto generalizar, pero cuando la parvada cubre el cielo, es difícil encontrar los casos de excepción.

En el México de hoy, la clase media, los aspiracionistas, como peyorativamente nos ha identificado AMLO, somos la mayoría. Aspiramos a lograr en lo personal y para nuestra familia, mayor patrimonio, educación, cultura, salud, seguridad, justicia, viajes de recreo, etc. No somos quienes con “un techito y un par de zapatitos viejos”, se conforman e integran parte de la clientela de morenistas faltos de educación y espíritu de sacrificio, entrenados a estirar la mano para recibir dádivas del actual gobierno y dar eternas gracias por ello.

Algunos datos clave: En las dos últimas elecciones sucedieron eventos sorprendentes: (1) el sur del país votó más que el norte; y (2) votaron más personas con menos educación escolar (primaria y secundaria), que quienes tenían mayor educación (preparatoria y universidad). Es decir que la clase media votó menos que quienes tenían menores recursos. ¿Por qué? Porque la clase media está decepcionada de los políticos y la política y considera que mientras más lejos está de ellos y ella, mejor. Esa es la razón por la que MORENA triunfó y llegó para empobrecer y desculturizar a la clase media, para que nosotros y nuestros hijos pierdan ingresos y trabajos y dependamos del gobierno y sus dádivas. ¿Qué debemos hacer? ¡Participar! Salir a votar. Esto es lo esencial.

En la última elección presidencial, salimos a votar el 63% del electorado. Es un por ciento que la clase media está obligada a superar para tomar las riendas de nuestro destino como país y no dejar que se lo lleve el ansia irrestricta de poder, del partido oficial, alejada del interés nacional.

El grupo más importante de votantes lo integramos los ciudadanos no afiliados a partidos políticos. Somos el partido no registrado de los ciudadanos. Somos los ciudadanos que debemos decidir quién nos gobierna. No el pequeño grupo de militantes de cierto partido político. Debemos tener claro que la clase media no afiliada a partido político somos más que el número de afiliados de todos los partidos políticos juntos. Si participamos lograremos. ¿Cómo podemos participar? Saliendo a votar el día de la elección. Así de sencillo.

Esta es la razón por la que el pasado 26 de febrero pudimos lograr concentraciones en 121 ciudades de la república y reunir un millón y medio de ciudadanos. Ningún partido lo ha podido ni lo podrá lograr. Somos, y empecemos a acostumbrarnos al término, LA MAREA ROSA. Tú, igual que yo, somos parte de ella. No nos hemos inscrito en lista o institución alguna, ni lo tenemos que hacer. Somos el poder unido de ciudadanos sin partido político. Somos quienes evitaremos que el país continúe por la senda equivocada y corrupta actual.

Ignacio Gómez-Palacio