LA LOCURA DEL PRESIDENTE

Meses atrás el Presidente dijo, palabras mas, palabras menos: “El Tren Maya va porque va. ¡Guste o no guste!” ¿Debemos entender que el Tren Maya va, porqué lo dice el Presidente? ¿Porque él lo quiere? ¿Porque él manda?…. y ¡punto final!

Si el Presidente tiene tal libertad, ¿cuál es la diferencia con un Rey en una monarquía? ¿Puede el Presidente hacer lo que se le venga en gana? ¿Puede inclusive ordenar al ejército y marina que tomen pico y pala y construyan refinerías, aeropuertos, vías férreas y demás puntadas propias de un faraón hijo de Ra, el Dios Sol (el que nos da luz y vida)?

Cuando el Presidente afirma que a él lo apoyan los ignorantes, su dicho es a tal grado sorprendente e infame, que a quienes lo apoyan se les pregunta su opinión y responden:

—¿Eso dijo? —Se les enseña el video para que no duden y se quedan perplejos y boquiabiertos.

—Esto quiere decir —les he dicho— que si quieres que tus hijos apoyen a López Obrador y a MORENA, no debes enviarlos a la escuela, no debes gastar en útiles escolares. Te puedes ahorrar ese dinero. Así garantizas que continúen ignorantes y apoyen a la 4T.

—Pero yo quiero que sean profesionistas. Que vayan a la universidad o por lo menos la prepa.

—Pues piénsalo bien, porque si aprenden y adquieren conocimientos de interés, van a ser gente culta y van a votar por otros partidos, pues MORENA lo que necesita son ignorantes.

—¿Me puedes enviar el video por favor? Quiero verlo con calma.

—Con gusto.

Hace un par de años no podríamos habernos imaginado a nuestro Presidente haciendo tal afirmación. Nos hubiera resultado increíble. Hoy lo aceptamos como aceptaremos otras de mayor grado, con acostumbrada mansedumbre. ¿Dónde parará lo insólito e inconcebible?

¿El Presidente ha perdido la razón o somos nosotros que ya nos habituamos a lo inexplicable, a ser la mofa del mundo y a sólo sonreír, como quien hace un gesto vacuo frente a la última travesura del hijo que no puede controlar?

¿En qué medida podrían haberse evitado los problemas por los que hoy atraviesa nuestro país, si el Presidente de la República tuviera menos poder? ¿Conviene que sigamos sujetos al régimen presidencialista que prácticamente calcamos de los EUA?

¿Por qué nuestro sistema continúa sujeto a los avances sociales y políticos del siglo XIX y no empieza a considerar el momento actual en el que los mexicanos estamos conectados instantáneamente por nuestros celulares y televisores, y que próximamente no estaremos dispuestos a ser maiceados por políticos corruptos, incultos y faltos de preparación, que además nos duermen con simulada verborrea, amparados en su carisma y billetes regalados que provienen de nuestros impuestos?

El poder del Ejecutivo estadounidense que hemos calcado, se establece para otra mentalidad e idiosincrasia. Inclusive para quienes por lo general tienen otra religión, con lo que esto conlleva. La historia indica que el Presidente de los EUA pudo mandar miles de tropas a combatir en otro país, sin haber pasado por el acto formal y legalmente necesario de obtener una declaración de guerra de su Poder Legislativo. Tal fue el caso de los Presidentes Kennedy y Johnson, a lo largo de los muchos años de la guerra de Vietnam (1959-75), lo que costó la vida y mente a miles de estadounidenses e impactó a toda una generación. Esto, es solo un ejemplo dramático de entre muchos, de lo sucedido con el poder del ejecutivo estadounidense, que no deberíamos de seguir copiando.

Si eso sucede en EUA, donde el imperio de la ley es superior, aquí no nos conviene el poder presidencial prácticamente absoluto, que de hecho no se sujeta a los frenos y contrapesos diseñados en la Constitución de los EUA, para otro pueblo con otra mentalidad y sin presencia y participación de cientos de etnias a las que no se les eliminó y que actualmente desean y participan en la discusión de las soluciones del país.

Podría afirmarse, no sin ironía, que en México “no tiene la culpa AMLO, sino el sistema que lo hizo compadre…. y le da poder”.