SIN EDUCACIÓN LA LIBERTAD NO EXISTE

¿Qué tan relevante es que AMLO haya designado a una persona incompetente y 100% leal a él, como cabeza de la Secretaria de Educación Pública del Gobierno Federal?

¿Qué tan relevante es el nuevo plan de estudios, dirigido a combatir el colonialismo, el patriarcado y el mercantilismo, y cuyo propósito es educar a niños y jóvenes a compartir en vez de competir? Niños educados a competir, se dice, se convertirán en indeseables aspiracionistas, como si aspirar a mejorar económica e intelectualmente fuera algo indeseable.

¿Qué tan relevante es que maestros y libros de texto se dirijan a enseñar los “logros” de la 4T y MORENA?

No exagero un ápice al señalar que estos hechos atacan frontalmente nuestra libertad. Van encaminados a coartarla. Se antojan, parte de un plan que habrá de colocar a la mayoría de la población de rodillas, mendigueando un trozo de pan.

¿Qué relación guarda la educación con la libertad? ¿Qué es lo que garantiza nuestras libertades individuales y colectivas? La garantía está en la educación, el conocimiento, la cultura. Un pueblo de borregos, de conformistas (“con un par de zapatos basta”), de incultos, con miedo, inseguros, se satisface con migajas que desde el trono les arroje el líder. No exige al gobernante el cumplimiento de la ley. El ciudadano resulta ser fácil de manipular.

Un país de lacayos en vez de ciudadanos, es un país sin democracia, así exista un sistema electoral que garantice la legitimidad de las elecciones. Un pueblo que carece de educación no es libre. El dictador prefiere en todo momento enfrentarse al inculto que al educado. El inculto es un ser débil y temeroso, que todo lo que desea es que nadie se meta con él o ella. Pasa la vida con los ojos cerrados, angustiado de todo aquello que le pueda hacer olas. “Si el señor dice que lo hagamos, lo hacemos. LO HA DICHO EL SEÑOR. ¡LOADO SEA EL SEÑOR!”

Escribía Thomas Jefferson a principios del siglo XIX, en los tiempos en que EUA estaba en pañales: “educa a la gente de manera generalizada, y la tiranía y la opresión del cuerpo y la mente desaparecerán, como espíritus malignos….”

¿Qué requiere el tirano, el opresor? ¿Cuál es su mejor arma? La falta de educación. Educación y cultura fortalece a quien la tiene. Quien se ha fortalecido, adquiere seguridad y exige. El inculto esta como las gallinas, aceptante del puñado de maíz que se le arroje. El educado puede solo. El falto de ella depende de la bondad del gobernante, al que le cumplirá todos sus deseos con tal de recibir comida a cambio. Por eso anhelaba José María Morelos, nuestro héroe de independencia: “….que se eduque al hijo del campesino igual que al hijo del hacendado….”.

La educación se debe desarrollar y mantener para asegurar la libertad del pueblo; sin ello, lo que se logra es un pueblo de esclavos.

Existe una íntima y clara relación entre la educación y la libertad. Actúan como vasos comunicantes. A mayor educación, mayor libertad; a menor educación menor libertad. Por eso, en países como Bolivia, Venezuela y Cuba se ha podido restringir la libertad. El gobierno cubano presume de haber eliminado el analfabetismo. Puede ser cierto, pero lo que es indiscutible es que existe mínima selección de lecturas en la isla. En países como Francia, Israel, Japón, con altos niveles de educación, es imposible restringir la libertad, sin que exista inmediata respuesta del pueblo educado que no lo permite y sale a las calles a protestar.

En estos tristes momentos, porque lo son y muy tristes y además riesgosos y retadores, en los que nuestro Presidente designa a una persona incompetente e inculta para dirigir la educación del país, debemos preguntarnos: ¿de qué manera esta designación puede afectar mi libertad? ¿La libertad de mi familia? ¿La libertad de todos?

Quizás algunos de mis amables lectores encuentren este editorial repetitivo. Es cierto. Esa ha sido mi intención, ya que es algo que debemos repetirnos hasta el infinito: ¡SIN EDUCACIÓN NO HAY LIBERTAD! Defendamos la educación para ser libres

Ignacio Gómez-Palacio