¡TENEMOS DEMOCRACIA!
Desde principios de los 90’s y a partir de las elecciones presidenciales de 1994, participé como funcionario externo y observador en las elecciones federales organizadas por el IFE. Tiempos en que por fin se rompió la apatía democrática ciudadana prevaleciente. En 2000, Oxford University Press publicó mi libro “Procesos Electorales”, una de las primeras obras en materia de derecho electoral. Al ahora INE, lo vi nacer, junto con los tribunales electorales y el Padrón Electoral, los primeros como organismos autónomos y el segundo como un registro confiable, todos ellos bajo la dirección de la ciudadanía. Fue la entrada de nosotros los mexicanos a la democracia. A ser nosotros los ciudadanos, los que contamos los votos y reportamos los resultados. Esto ha permitido la alternancia política. Un gran logro que estamos obligados a defender.
He participado en un número considerable de marchas y manifestaciones. Hace un año y meses, mi esposa y yo dormimos en el piso de cemento del zócalo de la CDMX en apoyo de una causa ciudadana. No somos del tipo que nos quedamos en casa calladitos a ver los abusos pasar. Mis experiencias pasadas me permiten calificar sin lugar a dudas, que la marcha del pasado 13 de noviembre por la defensa del INE, ha sido la de mayores dimensiones que me ha tocado vivir, incluida la del 68.
En esta ocasión destacó una organización impecable, sin que se hayan sentido la presencia de los organizadores. Una marcha donde los políticos asistentes estuvieron calladitos y bien portados. Una marcha sin insultos ni violencia. Sin agresiones, ni aparadores estrellados. De respeto y con firmeza envidiable. Una marcha que abarcó la totalidad de la República.
Los números de manifestantes de todas las edades y condiciones queda en el aire, pues no hubo un conteo profesional. En mi opinión, sin caer en cifras alegres, considero con base en mi experiencia, que en la CDMX debieron ser alrededor de 800,000 a 900,000, ya que cuando la explanada del Monumento a la Revolución estaba repleta (con asistentes adelante y atrás de Woldenberg --el único orador-- y no cabía un manifestante mas), el recorrido de 2.7 Kms (del Ángel hasta dicho monumento) avanzaba y estaba repleto, cubriendo la totalidad del Paseo de la Reforma (de ida y regreso, con tres carriles cada vía), y mucha gente caminando sobre el camellón a la sombra de los árboles, para evitar el sol intenso. Es decir, que el ancho de la columna era de mas de 40 mts. Quienes llegábamos al monumento, tuvimos que regresar por falta de espacio.
Si se suman las manifestaciones en mas de 50 ciudades a lo largo y ancho de la República, no cabe duda que quienes ASISTIMOS POR VOLUNTAD PROPIA superamos con creces 1,200,000; lo que es 10 veces mas de los 120,000 a 150,000 ACARREADOS, que en su mejor momento AMLO ha logrado juntar, atraídos por igual o mayor número de refrescos y tortas, mas transportación y un buen billete para cada borrego.
¿Qué significa que mas de un millón hayamos salido a la calle a defender al INE? Significa que ¡TENEMOS DEMOCRACIA! Así de sencillo, pues tenemos un organismo confiable que ha permitido elecciones limpias y alternancia política. Que después del caudillaje del siglo XIX, de las trampas de Porfirio Diaz y el PRI, y de crear el Instituto Federal Electoral, hoy Instituto Nacional Electoral, lo vamos a defender a capa y espada. Significa que el INE es parte fundamental del patrimonio de cada ciudadano. Y que no dejaremos que nos los arrebaten. Que nos lo roben.
AMLO se equivocó. Tocó una fibra que no sabía que existía. La fibra del arribo definitivo de la democracia en México. Democracia que no le permitirá matar con su reforma electoral. Democracia que nos ha costado muchos esfuerzos lograr y que defenderemos, pues en ello está el futuro de México.
Ya no somos el país de agachados. Ese del que tanto han abusado los políticos corruptos.
López Obrador jamás ha estado en una manifestación de estas dimensiones; y como conoce el esfuerzo que es organizar a la gente para salir de sus casas, le ha surgido un celo monumental. El Rey del Cash y también De La Calle necesita la revancha. Su arrogancia es tal, que ha decidido competir para ganarle al pueblo, mediante una supra-archi-recontra marcha con la que pueda alimentar su ego. Dentro de un par de semanas intentará apagar la luz del sol si es preciso y ganar la competencia infantil y berrinchuda que se ha propuesto, quizás asesorado por su grupo de resentidos. Lo hará con el pueblo que lo obedece sin preguntar, pues el que piensa y cuestiona marchó el pasado 13 de noviembre.
Decía Stalin que el tema no es por quien se vota, sino quien cuenta los votos.
Gaveta de rancho: Cabe encomiar la cobertura mediática de la marcha de parte de Milenio en el programa “Azucena a la Diez” y lamentar la hecha por “En Punto con Denise Maerker”. ¡Bravo Azucena!