COCACOLARIZACIÓN Y PANDEMIA

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Una pregunta urgente y una respuesta polémica: ¿Qué tanto ha contribuido el consumo excesivo de Coca Cola en el país, al daño causado por la pandemia del Covid-19? En un anterior artículo he mencionado el impacto de este refresco de cola, que ocupa el lugar mas importante en el consumo de refrescos en nuestro país.

La cocacolarización de la humanidad se inició en 1886, pasada la Guerra Civil estadounidense, en una época en la que su población consumía mas cocaína que la que consume hoy y las autorizaciones gubernamentales se emitían con manga ancha, a efecto de estimular la economía. La cocaína era un inocente polvo blanco que se vendía libremente en lo que allá aún se conoce como “drug stores” y aquí se les identificaba como “droguerías”, palabra que en general ha sido sustituida por “farmacia” o “bótica”. La razón para tal denominación era obvia: vendían droga, la que hasta décadas después se descubrió que causaban adicción y otros efectos negativos para la salud.

La Coca Cola contenía y aún contiene extractos de hojas de coca que se importan a EUA principalmente del Perú, actualmente en un monto de 115 toneladas anuales aproximadamente. Esto se hace con autorización del Departamento de Justicia de los EUA. Se adquieren de la Empresa Nacional de la Coca en Perú y pasan por un tratamiento que realiza la empresa Stepan Chemicals en Chicago, Illinois. Esta información no la proporciona la The Coca Cola Company, pero es de conocimiento público.

Lo anterior puede sorprender, pero se magnifica por el grado de azúcar que contiene dicho refresco: 1.36 kgs de azúcar quemada por cada litro del refresco. Aproximadamente 5 cucharas soperas (125) gr) por botella de 8 onzas (237 mililitros). También se le agrega una mezcla de saborizantes como limón, lima, naranja y especies como vainilla, nuez moscada y canela en cantidades mínimas, ya que el 99% de la bebida se integra por agua y azúcar. La nuez aporta la cafeína. No es de asombrar que la combinación de hoja de cocaína+azúcar+cafeína cause en el consumidor un exceso de energía al grado que es conocido el hecho de que durante la Segunda Guerra Mundial, tanto los aliados como los países del eje, necesitados de soldados estimulados, consumieron Coca Cola por igual. Hoy se venden mil millones de botellas cada 24 horas, en mas de 200 países. Es la bebida mas popular en la historia de la humanidad. En 2010, México fue el país donde el consumo fue mayor, a razón de 675 botellas de 8 onzas (237 mililitros) per capita por año. Lo siguió Chile con 445 y EUA con 394 botellas anuales.

Es de explorada investigación científica que el exceso de azúcar, además de contribuir a la obesidad, ataca y corroe los tejidos, principalmente los del sistema nervioso, lo que puede provocar hipertensión, ceguera, alzhéimer y otras enfermedades. A lo anterior debe añadirse el drama actual de la diabetes en México, que ha llegado a constituir una verdadera epidemia. Todas estas enfermedades colocan a quien contrae Cobid-19 en alto riesgo de muerte.

El consejo médico generalizado para reducir el riesgo de contagio y muerte durante la actual pandemia es seguir una ingesta a base de alcaloides y no de azúcares que producen acidez, que además estimulan el desarrollo de las enfermedades antes mencionadas. Esto incluye a los demás refrescos con alto contenido de azúcares, que en general, por las razones aducidas,  no tienen el imán de dependencia de la Coca Cola. Quien no quiera escuchar esta advertencia, sepa que en la medida que no pueda o no quiera reducir su ingesta de azúcares, aumenta la posibilidad de despedirse del mundo de los vivos.

 La mayoría de los consumidores de la Coca Cola no quieren saber esta información, debido al ingrediente de hoja de coca que provoca adicción, aunque se asegura en algunos estudios de que es previamente tratada para quitarle los alcaloides. El cañón de energía que aporta la bebida, es razón significativa para cerrar los ojos.