COVID-19: LABERINTO DE CONFUSIONES
Una pregunta y una respuesta polémica: ¿superará la humanidad la enfermedad del Covid-19 o habrá de permanecer como un problema imposible de vencer? Hay quienes afirman que es una burbuja que pronto reventará, pero una burbuja lo es si hace “pop” y no lo ha hecho. Hoy no sabemos si la pandemia durará unos cuantos meses mas, varios años o si llegó para quedarse. Si permanece años, tendremos un problema grave y no una burbuja.
La semana pasada, en una carta que dirigí a mis nietos, listé las buenas noticias de la pandemia. Hechos que nos llevan a un grato optimismo. Un aliento para la juventud. Ahora quiero referirme a lo opuesto. Sumados arrojan como resultado: la confusión.
He aquí una lista de aspectos gravísimos del Covid 19:
· Enferma a unos pero no a otros, que resultan asintomáticos. Es decir, que la enfermedad se esconde en gente sana.
· El asintomático puede contagiar.
· Quien se alivia de la enfermedad puede contagiarla e inclusive puede volverse a enfermarse de lo mismo.
· El Covid-19 puede causar la muerte.
· Surge en la época de la mayor comunicación física de la humanidad: viajes, congresos, asambleas, espectáculos, etc.
· No existe uniformidad de criterios sobre las muchas vacunas que se están elaborando y que aún se encuentran pendientes de aprobación por sus creadores y comercializadores. La fecha en que se podrán adquirir y la seguridad y riesgos que conllevan, es un galimatías que a quienes esperamos el resultado para evitar el gran mal, nos tienen interpreta e interpreta un cantidad enorme de información escrita y electrónica, que constituye un verdadero nudo gordiano difícil de desenredar. Por lo anterior, es de anticipar que un por ciento importante de la población mundial se negará a ser vacunado.
· El conteo de infectados y fallecidos que lleva a cabo cada país, es de dudarse, ya que la manipulación de datos fidedignos acarrea consecuencias políticas favorables para los gobernantes a nivel mundial.
· Los únicos actos conocidos para reducir brotes y rebrotes masivos son los siguientes, que no se aplican consistentemente en toda la región: pruebas masivas, rastreo de contactos e inmediato aislamiento de quienes arrojan resultado positivo.
La mayoría de las personas son pesimistas que consideran que la certeza de actual es la duda, la incredulidad y la desconfianza, terreno fértil para el miedo y la alarma.
El 18 de agosto de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó, que la Región de las Américas “…. continúa soportando la carga más alta de enfermedad por coronavirus a nivel mundial con el 55% de los nuevos casos notificados la semana pasada. La Región de las Américas tiene aproximadamente el 13% de la población mundial, pero el 64% de las muertes notificadas oficialmente hasta ahora en todo el mundo. Actualmente, los principales países que están impulsando estas cifras son Estados Unidos y Brasil, pero ahora estamos viendo una tendencia ascendente en partes de la Región que se habían mantenido estables por muchas semanas, como en el Caribe….”
Otro aspecto de especial interés que subraya la OMS, se refiere a como la pandemia está afectando nuestro bienestar: “…. hemos sentido: - miedo a la infección o ansiedad si estamos enfermos; - dolor porque nuestros seres queridos que han sucumbido al virus; - incertidumbre sobre el futuro, ya que el trabajo y la vida como la conocíamos se ven amenazados; - agobio por las noticias y la falta de información; - soledad o aislamiento tras semanas o incluso meses de distanciamiento social. Y aunque es posible que estemos haciendo frente a este estrés de distintas maneras, todos estamos sufriendo, especialmente quienes están afectados por trastornos de salud mental preexistentes. La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra Región a una escala nunca antes vista.”
Mis dos listas, la de buenas noticias de la semana pasada y todo lo contrario en esta entrega, nos llevan a concluir que hoy por hoy, no sabemos donde estamos parados, ni lo que sucederá.