DE PANTANOS Y PALABRAS SIN FUNDAMENTO QUE NO SON GRATIS
Nuestro Presidente está empantanado. Su primogénito, que llegó a su presidencia sin bienes, ahora se codea con los grandes inversionistas extranjeros, vive en casa de lujo y se ostenta practicando la profesión de abogado en Texas, donde no tiene licencia para hacerlo, lo que por cierto, implica severas penas (económicas y cárcel), conforme a legislación estadounidense. El reportaje periodístico de Carlos Loret de Mola sobre lo anterior, ha provocado que AMLO tome decisiones vengativas e ilegales, al publicitar los ingresos del periodista que por no ser burócrata al servicio del gobierno, tiene derecho a su privacidad y por supuesto, la obligación de cubrir los impuestos que por ley le correspondan.
Si a lo anterior se añaden los innumerables conflictos de interés del hijo y sus parientes políticos, de los cuales ha corrido tinta, se llega a la conclusión de que el Presidente está empantanado en serio.
Esto se magnifica por su incultura personal y la de sus asistentes, que están muy lejos de entender que es el derecho a la privacidad y donde está presente el conflicto de interés, lo que a nivel mundial ha causado que México sea catalogado como país bananero dirigido por un líder fallido, que además, sabiéndose empantanado, no sigue el primer consejo de quien se encuentra en tan precaria situación: no moverse. Lo continúa haciendo cada mañana frente a las cámaras. El martes dijo que solicitaría al Instituto Nacional de Transparencia que le proporcionara información sobre los ingresos de Loret de Mola. El miércoles el INAI le contestó que hacerlo sería ilegal, por no tratarse de un servidor público. El mismo dia AMLO expresó que el periodista es parte de “una red de componendas y complicidades”, que “vienen … protegiendo la corrupción desde 3 o 4 décadas”; y que además “…. sus ingresos tienen que ver con el presupuesto”, lo que lo hace servidor público. AMLO desbarra y al hacerlo angustia a la ciudadanía. El problema es que a esta tragicomedia no se le ve fin.
Si se agregan las serias dificultades que ha provocado la consabida “reforma eléctrica”, al grado que líderes empresariales de México y el extranjero han señalado, que si México decide no seguir una política de “energías limpias”, la inversión existente abandonará el país y la nueva no llegará ni montada en la escoba de la bruja Cleta. El pantano se amplía y achocolata, con informes negativos de los otros hijos, que por ejemplo, venden golosinas marca “Rocio”, desde el consulado mexicano en Calgary, Canadá.
Así las cosas, surge una heroína incondicional y leal al 100% de AMLO, que a pesar de la cola de años que arrastra, no deja de mantenerse en funciones, igual que Fidel Velásquez, el vetusto líder de los trabajadores, a base de tomar pastillas de vitamina P varias veces al dia, que sin abreviaturas significa el oxígeno que da el Poder. Se trata de Olga Sánchez Cordero.
Para aminorar la consternación de los nerviosos inversionistas extranjeros, la señora, en su carácter (morenista) de Presidente de El Senado, aseveró: "El Poder Legislativo cumplirá con sus obligaciones y ejercerá sus competencias en la política exterior, para brindar certeza jurídica a las personas y empresas de todas las naciones que deseen invertir en México….”
El problema radica en que el Senado, difícilmente podrá brindar “certeza jurídica” si no está dentro de sus facultades, que lo restrieguen básicamente a “analizar” la política exterior desarrollada por el Presidente, aprobar tratados internacionales y convenciones diplomáticas y sus modificaciones, y a ratificar los nombramientos del Secretario de Relaciones Exteriores, embajadores y cónsules generales (Art. 76, Fracciones I y II de la Constitución). En otras palabras, que la “certeza jurídica” que ofrece la Presidente del Senado, son palabras vacías, carentes de facultades. Cierto, pero no son gratis. Lo hace para quedar bien con su jefe, que desafortunadamente pertenece a otro poder dentro de nuestra herida república, pero es quien ha sido el artífice de nombramientos “que mucho la honran”. Habría que añadir que los inversionistas extranjeros no se chupan el dedo.
A lo largo de mi vida profesional como jurista, he sido experto en “inversión extranjera”. Durante mas de una década fui consultor externo senior de la ONU, he asesorado a muchos países, publicado 4 libros sobre la materia y escrito innumerables artículos en revistas especializadas en México y el extranjero. Inclusive he sido árbitro en conflictos internacionales de inversión. Lo indico para aclarar que afirmo con conocimiento: los inversionistas extranjeros colocan sus capitales, en base a las condiciones económicas atractivas en cierto país, sus leyes y autoridades. Para ellos es mas importante la información de lo que sucede en lo interno, que en el exterior por intervención del Senado; donde por cierto, ya bien podría intervenir ese cuerpo legislativo, para evitar ratificar los penosos nombramientos recientes del Ejecutivo en el Servicio Exterior Mexicano.