LOS ASEGUNES DEL VOTO Y LA DEMOCRACIA

Quienes luchamos por el arribo de la democracia, contemplamos con ilusión juvenil, lograr el respeto al voto. Creímos que en México se podría llegar a respetar. Que habría que vencer al PRI como la única opción, partido que con flagrancia se hacía de las urnas, asaltaba casillas y perpetraba trampas de todos colores y mañas, siempre logrando la mayoría deseada.

Fuimos ciudadanos de a pie, los que asistimos con un nudo en la garganta a la instauración del Instituto Federal Electoral (el famoso IFE), que substituyó al Instituto Federal Electoral (presidido por el titular de la Secretaría de Gobernación). Vivimos la ciudadanización de quienes contaban los votos y la profesionalización de la función ejecutiva electoral. Aun conservo mis credenciales de funcionario y observador en los primeros procesos electorales a cargo de nosotros los ciudadanos. Escribí un libro sobre la legislación aplicable para la elección de 2000, titulado Procesos Electorales, que fue publicado por Oxford University Press.

Nuestro error. Mi error. Fue bajar la guardia. Y sucedió que alguien o alguienes se colaron  y con tejemanejes mil han obtenido la mayoría en el Poder Legislativo Federal y en las Gubernaturas. Con ello han logrado introducir mas y peores mañas electorales, de una sofisticación impensable.

Ejemplo de ello es el caso de la famosa revocación de mandato que se avecina. Es prácticamente imposible que se cumpla lo establecido en el Art. 34, IX, 4º párrafo de la Constitución, que a la letra dice:

“Para que el proceso de revocación de mandato sea válido deberá haber una participación de, por lo menos, el cuarenta por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores“.

El número de ciudadanos registrados al 28 de enero de 2022 fue de 93,129,048. Tomaré esa cifra como base para este análisis. El 40% son 37, 251,620. En las elecciones en las que fue electo AMLO, votaron por él 30,113,483. La participación total de votantes por todos los partidos registrados fue de 56, 611,027, que rebasa el 40%, lo que son buenas noticias. Por ello, las mañas que hemos referido, redujeron el presupuesto del INE, que en vez de tener los fondos para abrir 160,000 casillas, sólo podrá abrir aproximadamente 57,000, es decir el 35% del universo total de casillas, lo que afectará al 65% aproximadamente de personas que se quedarán con las ganas de votar y el sueño del plumón en la mano.

Obviamente, si no participan en la votación el 65% de los votantes, el requisito constitucional del 40% “de las personas inscritas en la lista nominal de electores” no se alcanzará y el proceso será nulo.

Claro que si sucede un milagro y baja la Virgen de Guadalupe a asistir a su pueblo, al INE y el mandato de AMLO fuera revocado, es obvio que AMLO se opondrá e inventará motivos para afectar y hasta cerrar el INE, ya que cuenta con los argumentos sólidos que le dan las armas que están bajo su mando en el ejército nacional, marina y la guardia nacional…. o ¿qué no te parece manito?

Cajón de sorpresas. Las palabras de AMLO sobre nuestra relación con España, rayan en la locura. Me recuerda el vetusto dicho español, que viene doblemente apropiado “andar a trompa y talega”. Está inmerso en un delirio de nulidades y descalificaciones en el que cada paso es un gazapo de rumbo perdido en una cabeza a pájaros. Ya se encuentra en el terreno de la ficción, con la mala nueva que trae el país a cuestas y los medios extranjeros a carcajadas. Sí, pero las consecuencias en la inversión, certeza, seguridad, impunidad, etc, son de inmensa gravedad.

Ignacio Gómez-PalacioComentario