DIFERENCIAS ENTRE CANDIDATO Y PRESIDENTE

¿Quién sería un buen candidato a la presidencia de la república? ¿Quién sería un buen Presidente de México? La respuesta a estas preguntas es diferente. Ambas tienen diferente peso y valor. Se ha abierto la temporada de aspirantes que se están autoproclamando como los indicados para ocupar la presidencia del país. La pasarela priista, la pasarela panista, las corcholatas morenistas, reportan pretendientes, solicitantes y hasta suplicantes. ¡Se ofrecen de dulce, de chile y de manteca!

Dice uno de ellos, Enrique de la Madrid Cordero, que a estas alturas resulta conveniente empezar a demostrar apoyo a algún postulante, para que la oposición pueda tomar una buena decisión. De la Madrid nos está carrereando, con cierta razón. Si le hacemos caso y empezamos a pensar, como dicen mis amigos Roberto y Daniel, en ¿quién es mi gallo?, me parece que debemos distinguir entre quien nos apetece como candidato y quien como Presidente, que no es lo mismo. Esto va íntimamente relacionado con las necesidades del país.

¿Qué necesita México hoy? En mi opinión, un cambio de rumbo. Un reconocimiento del fracaso mayúsculo de la 4T y sus líderes. Un alto a sus corrupciones, miopías, ignorancia y lealtades mal entendidas. Un hasta aquí a su visión de “abrazos no balazos”. Una conocedora dirección de la economía y de nuestras relaciones internacionales. Soluciones con conocimientos y experiencia en sectores como educación, salud y estado de derecho. Regresar a los marinos y militares a las funciones para las cuales se han preparado, es decir la razón de su existencia, buena fama y confiabilidad. Podría incrementar la lista de necesidades del cambio, pero lo anterior basta para este editorial.

Quienes piensen como el suscrito, deben concentrarse en quien apoyar como candidato, aunque sea alguien que medianamente cumpla con las enmiendas y limpia de los errores y corruptelas de la 4T. ¡Qué mejor que dicha persona resulte ser un buen Presidente! ¡Sí! Pero lo fundamental es corregir los errores de la presente administración federal y detener a Morena, en camino de convertirnos en otro país de ciudadanía sufrida, abusada y pauperizada, con líderes políticos millonarios que se dan la gran vida, a costa del pueblo adormecido por las dádivas y labia de explotadores funcionarios públicos.

Nada mejor que recurrir a un ejemplo. Este editorial no da para mas. ¿A quién conviene apoyar, a José Ángel Gurría o a Beatriz Paredes? Ambos se han presentado en la pasarela del PRI, lo que no les ayuda, debido a obvias razones histórico-nefastas. Obviamente existen muchos otros precandidatos de otros partidos, pero me sirvo de estos para ilustrar mi dicho:

El primero, (José Ángel Gurría): muy pocos lo conocen o se acuerdan de él. Cuenta con una trayectoria limpia y envidiable de 33 años como funcionario en el gobierno de México. Es un diplomático internacional que durante 15 años ocupó el cargo de Secretario General, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, donde fue reelecto en dos ocasiones). En dicho puesto, asesoró a 38 países con las economías más desarrolladas del mundo, sobre educación, medio ambiente, salud, economía, anticorrupción, igualdad de género, oportunidades para la juventud, estabilidad, bienestar, etc. Indudablemente, él es un orgullo para nuestro país.

La segunda (Beatriz Paredes): ha ostentado diferentes cargos, tales como dirigente de la Confederación Nacional Campesina del PRI (con experiencia en conversar con el campesinado), gobernadora de Tlaxcala, Presidenta del PRI, Presidenta del Congreso de la Unión, embajadora de México en Brasil, diputada local, diputada federal y actual senadora, con una gran colección de prendas tradicionales indígenas (huipiles, quexquémitls, chales, vestidos, blusas, etc.), las que porta como su sello distintivo de orgullo nacional, lo que la acerca al pueblo.

No es difícil concluir que, ante las circunstancias internacionales y nacionales prevalecientes, José Ángel Gurría sería mejor Presidente que Beatriz Paredes, pero ésta última sería mejor candidato que el desconocido y super bien preparado Gurría. El problema es que antes de ser Presidente, se debe ser buen candidato y esa es Beatriz Paredes.

La pregunta que nos debemos contestar en estos momentos para apoyar a uno u otro precandidato es: ¿quién tiene mejores y mayores posibilidades electorales para ponerle fin a la pesadilla de la 4T? y NO ¿quién me gustaría que fuera nuestro próximo Presidente?

Ignacio Gómez-PalacioComentario