GENOCIDIO Y ECOCIDIO
Pregunta: ¿Está desfasada la humanidad al haber establecido la Corte Internacional Penal para castigar a los genocidas, en tanto hoy dia no existe sanción para los ecocidas? ¿Es congruente que se castigue a quien ordena torturar y matar a grupos o etnias humanas, es decir, miembros de nuestra especie, en tanto no existe sanción contra quien con sus decisiones y actos mata un número indeterminado de especies que habitan la Tierra, lo que además acarrea consecuencias nefastas al medio ambiente?
Lo primero ser definir cada concepto.
El genocidio consiste en cometer actos orientados a destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial, religioso o político; actos tales como matanzas, lesiones graves a la integridad física o mental de miembros del grupo, prácticas como la esterilización forzosa y traslado de niños a otro grupo. Esta definición es la que parcialmente sigue el Estatuto de Roma de 1998.
El ecocidio se refiere a cualquier acto ejecutado que cause daños graves extensos y duraderos al medio ambiente. Esta definición es parcialmente aceptada por el Panel de Expertos independientes para la Definición Jurídica de Ecocidio, convocado por la Fundación Stop Ecocidio.
No es el propósito de este editorial entrar al análisis de dichas definiciones. Sólo se mencionan como guía general.
La Corte Penal Internacional se fundó hace 23 años en base al mencionado Estatuto de Roma y tiene como propósito decidir y sentenciar a quienes cometen, el crimen de genocidio, (independientemente de otros como el de lesa humanidad y de guerra); sin embargo no tiene competencia ni autoridad para juzgar a quienes cometen el crimen de ecocidio. Esto se debe al hecho de que se trata de una conducta que desde hace poco tiempo ha sido considerada que afecta al mundo entero. No sólo a la humanidad, sino al resto de las especies y al ambiente en general.
El término “ecocidio” fue utilizado por primera vez en 1970 por el biólogo Arthur Galston, pero hasta hoy no existe un marco legal que lo defina y considere un crimen de derecho internacional. Este silencio internacional permite a nuestro Presidente adoptar unilateralmente la decisión de construir la refinería de Dos Bocas (con un costo millonario), la que lanzará toneladas de contaminantes al medio ambiente, y decidir motu propio que el país promueva y acepte inversión energética en fósiles, en lugar de inversión en energías limpias. Estamos frente a un ignorante deseoso de demostrar su autoridad y flagrante impunidad, con motivo de la inexistencia de una norma internacional que lo sancione. Son muchos los casos de decisiones de presidentes y primeros ministros en diversos países, que al llevar a cabo conductas dañinas al medio ambiente, lo hacen por sus pistolas y en general para beneficiar a grupos de interés, como es el caso de la decisión del Presidente Bolsonaro de Brasil, de aprobar la quema de partes de la selva amazónica para explotación agrícola.
En el estado actual del mundo, es fundamental dimensionar el ecocidio como un crimen internacional sujeto a severas sanciones. Es del todo posible que la pandemia actual de Covid-19 haya sido causada precisamente por muchos ecocidios acumulados, los que posiblemente continúan sin control. Las pocas llamadas de atención provienen de algunas organizaciones de la sociedad civil y de quienes publicamos opiniones que demandan ¡ya evitar la impunidad de agresores de nuestro ecosistema!
Sólo la ignorancia, razones económicas o la mala fe, pueden empujar a quienes no están consternados por el creciente e inminente peligro de están corriendo todas las especies vivas y el medio ambiente, ya que la Tierra persistirá con o sin ellas. Ha llegado el momento de iniciar un clamor mundial que haga de estos actos, crímenes que cortes internacionales sancionen con fuertes multas y cárcel. Un camino que puede ser adecuado es el de ampliar la competencia de La Corte Internacional Penal.
Sirva este breve artículo para concientizar de la importancia de evitar que decisiones de importancia y consecuencias mundiales, queden en manos y mentes cortas de individuos sin visión por el futuro de nosotros y nuestros descendientes.