RELACIÓN ENTRE PROGRESO Y ELECCIONES
Si algo provoca guerras intestinas, inseguridad, pobreza, corrupción, falta de inversión, crímenes, abusos, desunión, malos gobernantes y otros eventos negativos en un país, es la falta de órganos y sistemas confiables que garanticen el resultado de los procesos electorales. Buenas y creíbles autoridades electorales significan PAZ y por ende progreso. Desafortunadamente, la falta de paz y progreso que conlleva, ha sido la experiencia repetida ad infinitum en Latino América y el Caribe, África, diversos países de Asia, Europa y otros. Un ejemplo es lo que hoy acontece en Brasil, donde mas de 300 rutas carreteras se encuentran bloqueadas por la ciudadanía que no acepta los resultados que arrojan sus autoridades electorales.
Las primeras décadas de vida de los Estados Unidos, cuando el país necesitaba del empuje de su ciudadanía dedicada al trabajo, sin distracciones políticas nefastas, arrojaron resultados ejemplares. Se sucedieron Presidentes, uno tras otro, sin recurrir a fraudes y corruptelas mayúsculas, aceptando los resultados electorales y retirándose del poder al concluir su mandato. Este sólido cimiento de seguridad y paz política, fue la base que, sumada a otros factores, permitieron el progreso. Sin ella, el desarrollo económico y social se hubiera caído como castillo de naipes.
George Washington (1789-1797); John Adams (1797-1801); Thomas Jefferson (1801-1809); James Madison (1809-1817); James Monroe (1817-1825); John Quincy Adams (1825-1829); Andrew Jackson (1829-1837); Martin Van Buren (1837-1841), suman 8 Presidentes y 52 años de conciliación y credibilidad electoral, lo que surge a pesar de que varios perdieron la reelección al término de sus primeros cuatro años. ¿Qué sucedió? Que se fueron a sus casas y negocios, sin mayor bulla.
En términos generales puede decirse que hasta hoy, EUA ha continuado por el mismo camino, sumando 46 Presidentes, excepción hecha de cuatro asesinados (Abraham Lincoln, James A. Garfield, William McKinley, y John F. Kennedy) y cuatro que murieron durante su mandato (William H. Harrison, Warren G. Harding, Zachary Taylor y Franklin D. Roosevelt). El record no es perfecto, pero sí ejemplar.
Lo anterior se ha logrado durante 233 años de existencia, sin que ningún Ejecutivo Federal haya intentado siquiera, permanecer en el cargo después del término máximo de ocho años que permiten sus leyes, las que autorizan la posibilidad de ocupar dos períodos presidenciales de cuatro años. El record no carece de mancha, como lo han sido los casos de presidentes asesinados, pero si se compara con el resto del Continente Americano, es envidiable, como también lo es en comparación con muchos otros países.
Sin entrar en mayor detalle, el caso de Canadá con 29 Primeros Ministros, también resulta ejemplar.
Lo anterior demuestra que, en el Continente Americano, aquellos países donde existe confiabilidad en su sistema electoral y sus resultados, son los mas ricos, prósperos y estables de la región.
Copio de mi anterior Hormiga: “Desde hace dos siglos, en México existe el síndrome de “me robaron la elección”. En 1828, las elecciones presidenciales para nuestro segundo presidente…. las ganó Manuel Gómez Pedraza, claramente superando a Vicente Guerrero…. pero…. sucedió que una desconocida “mano negra”, abrió las puertas de la famosa Cárcel de La Acordada y salieron los prisioneros a saquear casas y comercios de la Ciudad de México…. durante tres días de latrocinio. El caos que sobrevino ayudó a Vicente Guerrero. Días después…. Santa Anna…. apoyó al inconforme. Juntaron sus tropas. Marcharon a la capital. Destituyeron a Gómez Pedraza. Y lograron que el Congreso designara a Vicente Guerrero como Presidente.
“Dramáticas consecuencias de nuestra historia se deben a la imposibilidad de aceptar la derrota. Baste citar a Porfirio Diaz (durante mas de 30 años) y a las décadas y décadas de trampas del PRI (durante 70 años), para perpetuarse en el poder. Sólo estos casos, suman un siglo de fraudes y estafas de quienes en un momento dado se encuentran apoyados por la fuerza pública.
“Dentro de la negrura de nuestra historia, surgió…. el Instituto Federal Electoral, hoy Instituto Nacional Electoral. Y sucedió que, en el 2000, el PAN …. finalmente ganó la presidencia y hasta repitió otro sexenio….”
Hoy México se encuentra en la terrible encrucijada planteada por López Obrador, de modificar nuestro respetado INE, organismo público autónomo, integrado por apartidistas expertos en la materia electoral, para substituirlo por un organismo electoral popular, afín al gobierno en el poder. Un organismo palero que garantice que su sucesor será la persona que él designe. Ahí adonde “apunte su dedito”. Esto, de parte de quien siempre se ha opuesto a los resultados electorales, salvo cuando el INE ha reconocido su victoria.
Nada hay nada mas importante en este momento, que defender el máximo logro ciudadano, el INE y por supuesto luchar para que su Consejo General se integre por Consejeros Electorales honestos y profesionales de la materia. Recordemos que esta próxima la necesidad legal de nombrar nuevos consejeros.